De chica me encantaban los juegos de mesa, pero les confieso que ahora, como madre, me gustan mucho más. Mi flaco, la casi diez, mi chiquito y yo hemos encontrado en esta actividad un divertido y enriquecedor espacio familiar.
El juego es esencial en el desarrollo, físico, mental y emocional de nuestros hijos y los juegos de mesa además ayudan a desarrollar la agilidad mental, la sana competencia, aprenden a ganar y perder, a jugar en grupo respetando turnos y reglas, y es un espacio en donde todos, grandes y chicos, padres e hijos están en el mismo nivel y tratando de conseguir el mismo objetivo. Además, lo más importante, es que nos estamos divirtiendo juntos, estamos compartiendo, riendo, emocionándonos, picándonos y jugando como camada.
Es maravilloso ver la cara de los chicos cuando honestamente y por su propio esfuerzo ganan. La satisfacción en su cara es todo. Ríen, saltan en la cama y bailan ¡OH SI, GANÉ! ¡OH SI, GANÉ! Y es que en este espacio, todos somos iguales, las reglas y posibilidades son las mismas para los cuatro, es nuestro momento democrático.
Es cierto que una tiene 10 y el otro 7 y con eso se han abierto un sin número de posibilidades de juegos. Si tus hijos son chiquitos tranquila, existen muchos juegos de mesa geniales que pueden jugar (o también puedes hacer un equipo con el más pequeño como hacía yo con Nacho). Lo genial es que se vaya haciendo una costumbre desde chicos, que se vuelva una tradición jugar en familia. Son recuerdos que tus hijos atesorarán toda la vida.
Yo me imagino a la casi diez y a mi chiquito cada uno con su tribu viniendo a jugar los sábados por la tarde dónde los abuelos. ¿Te imaginas flaco? ¿Que linda estampa no? Es algo que estoy segura que va a pasar, por que para nosotros ya es una tradición, ya es una costumbre familiar, ya es nuestro espacio de diversión.
Acá te cuento alguno de los juegos favoritos de mi tribu y sus beneficios:
Memoria:
Básico y esencial. Pueden jugarlo desde que son chiquitos y así ayudar no solo a desarrollar su memoria si no también su desarrollo verbal. La casi diez es una campeona, yo siempre empiezo con buena racha, pero al final se me confunde todo!
Pictureka:
Ideal también desde pequeños. Agilidad visual y también verbal. Se trata de encontrar el elemento elegido entre todos los dibujos.
Es divertidísimo. En este los chicos son mucho mejores que yo. ¿Será que debo jugar con anteojos?
Entre los 4 y 6 fue el favorito tanto de Fer como Nacho. Es un juego buenísimo para el desarrollo de vocabulario y agilidad visual. Es muy fácil de jugar y a los más chiquitos les encanta. Si tienes que hacer un regalo, te lo recomiendo!
Minotauro:
Este juego se lo regaló a Nacho uno de sus mejores amigos por su cumple hace un par de semanas. Lo hemos jugado ya como diez veces.
Es una versión de Lego del clásico Ludo. Se trata de llevar a tus personajes al centro a través del laberinto, sólo que a diferencia del clásico Ludo, en este hay obstáculos que sortear y un Minotauro que vencer. Muy divertido. Gracias Joaco!
Pictionary: Clásico y versátil juego de adivinanza. Puedes jugarlo dibujando o con mímica. De las dos formas tienen risas aseguradas. Buenísimo para la agilidad mental y si lo hacen con mímica para vencer la vergüenza y aprender a reírse de uno mismo.
Hay el Scrabble de toda la vida y ahora también una versión Junior ideal para los niños que están aprendiendo a escribir. Esta versión junior se las recomiendo para cuando empiezan la lecto escritura. Aprenden jugando.
Otra nueva adquisición. Regalo de mi adorada Minime. Este juego no lo conocíamos y es buenísimo! Tienes que ir adivinando las palabras que te sugiere la tarjeta, y cada vez que usas una letra debes bajarla. Cada vez tienes menos opciones de letras, por lo tanto de palabras. Al final el que adivina más gana. Nacho es el campeón oficial de este juego. Excelente para ampliar vocabulario y cultura general. Un éxito de juego para toda la familia.
Clásico de clásicos.
¿Lo mejor de este juego? Nos recuerda nuestra propia infancia jugando con nuestros papás y primos. Cuando eramos chicos era casi el único juego de mesa que existía.
Creemos tradiciones, abramos espacios familiares, fortalezcamos lazos, compartamos más, riamos juntos, juguemos en familia.
-La Tata, esperando que estén todos listos para jugar.