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PORTEAR♥VIVIR♥AMAR
A toda mamá nos ha tocado oír frases como “No lo cargues tanto, se va a acostumbrar”. “Es una moda, lo vas a mimar mucho” “Lo estás sobreprotegiendo”. “No puedes hacer nada con el en brazos”. “Nunca será independiente”. No puedes tenerlo todo el día pegado a ti…” Mi respuesta siempre ha sido la misma: “¿Que no lo puedo tener todo el día pegado a mí? ¡Cómo que no! Ha estado dentro de mí por 9 meses, no sólo quiero hacerlo ¡debo hacerlo!”
El porteo y la crianza con apego, no son una nueva moda. La crianza con apego existe desde que existen las madres, los padres y los hijos, solo que durante algunos años y en algunas sociedades se ha ido olvidando por la loca vida moderna y sus responsabilidades fuera del hogar. El porteo no es una tendencia moderna, es una costumbre ancestral.
Portear a tu bebe es lo más sano y hermoso que pueden hacer como padres; por sus hijos y por ustedes. Después de haber estado 9 meses en la barriga de mamá oyendo los latidos de su corazón, donde se puede sentir un hijo más seguro para adaptarse al nuevo mundo que lo rodea? Obvio, en los brazos de su madre. Se podría decir que es lo natural, lo que nos nace, lo que nos dicta el instinto. Es satisfacer la necesidad de estar juntos, porque claro, después de 9 meses nosotras también los extrañamos. Necesitamos tanto de ellos como ellos de nosotras, incluso está probado que el porteo ayuda a disminuir el riesgo de depresión postparto.
¿Que será dependiente? ¡Falso! Los bebés porteados son más seguros de sí mismos y más sociables. Desarrollan menos miedos e inseguridades porque se saben queridos y acompañados todo el tiempo. Crecen con la seguridad, respaldo y compañía de sus padres, son parte de sus vidas y de sus actividades en todo momento. Al participar de más experiencias logran un desarrollo sensorial mayor al de un bebé no porteado y su nivel de seguridad y falta de miedos se transforman en independencia en la madurez. En la antigüedad los niños eran porteados hasta alcanzar la niñez, y cuando se hacían grandes eran seres independientes y valientes que se iban a explorar, a recorrer el mundo y enfrentarse a lo desconocido sin miedos ni dudas. Los que conocen a mi «casi diez» son testigos de su independencia seguridad, y fue porteada siempre.
Los beneficios tanto para el bebé como para los padres son muchos. Por la cercanía, los vínculos emocionales y afectivos se desarrollan de forma más temprana, instintiva y natural. La madre sigue sintiendo a su bebe como parte de ella, lo cual fortalece el vínculo. Y para el papá, es maravilloso poder por fin tener a su hijo o hija tan pegado a él que son casi uno. Los padres que portean logran establecer una relación afectiva única con sus hijos.
Por eso son bebés que lloran menos, están más tranquilos y felices. Duermen mejor, aumentan más rápido de peso y la posición vertical ayuda a calmar cólicos, gases y reflujo. Además al tenerlo tan cerca los padres logran conocerlo mejor, identifican más rápido sus llantos, gestos y movimientos, y la comunicación entre ambos fluye de forma más rápida y natural.
Otro beneficio del porteo es el efecto positivo en la lactancia materna. En el portabebe puedes dar el pecho fácilmente, en cualquier momento y lugar, ejerciendo así la lactancia a libre demanda recomendada por la OMS. Además el tener a tu hijo pegado a ti estimula tu producción de leche, ya que la cercanía de tu hijo te hacer liberar oxitocina y esta favorece la subida de la leche. Y es simplemente delicioso darles el pecho así, le das de mamar mientras te mira con esos ojitos que nos derriten para luego caer rendidos en nuestro pecho.
A nivel físico es lo mejor para su columna y cadera debido a la postura de ranita (postura ergonómica), incluso es una terapia recomendada para corregir la displasia de cadera en recién nacidos. También tienen un mejor desarrollo psicomotor. Existen muchísimas formas de portear dependiendo de la edad y personalidad del niño. El mismo portabebé te puede servir desde que nace hasta más de los dos años y hay diferentes tipos: fulares, bandas cruzadas, mei tais, bandoleras o argollas, pouch, kanga o lliclla, solo tienes que elegir cual te acomoda a ti y a tu pareja.
Para nosotros además de ser una experiencia deliciosa estar apachurraditos, es también la opción más práctica y saludable. Podemos tener al bebe cargado con los brazos y manos libres para seguir haciendo las cuchucientas cosas que siempre hay por hacer. Tenemos mayor libertad para salir a la calle (no siempre se puede salir con el coche, y menos en esta ciudad). Y es saludable porque el peso está repartido por toda nuestra espalda y caderas.
Por eso cuando me decían, “no puedes tenerlo todo el día pegado a ti,” yo respiraba y pensaba; Puedo, quiero y debo. Quiero un hijo feliz, seguro, independiente. Por eso porteo, porque me ama, porque me necesita para comer, para dormir, para crecer, para reír, porque haciéndolo soy feliz, porque yo también lo necesito para vivir.
La Tata, porteando.