Hace un par de años, mi visión sobre la música y la vida cambió por completo. Estaba con dolor de cabeza y mi casi doce en ese entonces estaba escuchando SU música a full volumen en el cuarto (mientras seguro bailaba frente al espejo). Fui dispuesta a decirle «Bájale el volumen a esa cosa, que estás escuchando, eso no es música» Cuando toque la perilla, el tiempo se detuvo y pude (por suerte a tiempo) recordarme a su edad. De fondo New Kids on the Block yo bailando en la cama frente al espejo y en la puerta mi abuela con el mismo discurso: «Baja ese volumen, eso no es música, como puedes hacer tareas así etc, etc, etc.» Recordé mi frustración y el sentirme tan lejana e incomprendida… Sonreí, solté la perilla y me alejé de la puerta segura de querer dejarla ser.
La música tiene el poder de calmarnos o llenarnos de energía, de hacernos llorar o reír sin parar. La música entre directamente en el alma. Por eso es tan importante respetar los gustos de nuestros hijos mientras van descubriendo este inmenso mundo musical. Los gustos musicales son íntimos y emocionales. Sin embargo esto no significa que los dejemos solos en el descubrimiento, principalmente por dos motivos
- Primero y muy importante, hoy en día, lamentablemente, las letras de las canciones no son todas las más adecuadas para que nuestros hijos escuchen. La música siempre cuenta una historia y esta no siempre va a ser apta para cualquier edad. Escuchen la música que oyen sus hijos con la misma importancia que revisan lo que leen o lo que ven en la televisión.
- Segundo y más importante aún. Por que es una oportunidad maravillosa para ampliar su mundo, su cultura. Respeten sus gustos pero también abran sus ojos y oídos presentándoles todo tipo de música. Música que a ustedes les guste, y todo tipo de música, música folklórica, música clásica, blues (amo el blues), metal, pop, todo. Solo escuchando de todo un poco podrán realmente saber que les gusta y que no, y formar así sus propios gustos.
Me encanta enseñarles y que disfruten de la música que yo escuchaba de chibola en el colegio, cuando estudiaba, cuando ya trabajaba, la que me gustaba bailar, la que oía tirada en mi cama , la que estaba de moda cuando me enamoré de su papá. Me acerca más a ellos, me conocen más, me entienden más. Las historias que les cuento al asociarlas a una canción toman vida, son más ricas para ellos, y los convierten en recuerdos propios que volverán a ellos cada vez que escuchen de nuevo esa canción. Esto en cierta forma inmortaliza nuestra historia generación tras generación.
Amo Calamaro y la primera canción que mis hijos aprendieron de pequeños fue Mil Horas. Hasta el día de hoy cada vez que la escuchamos en un taxi, el super o donde sea nos ponemos a cantar a voz en cuello sin parar de sonreír. Es nuestra canción, es nuestro momento feliz. Cómo esta hay muchas canciones que significan algo especial para nosotros , que nos recuerdan un momento en especial, un sentimiento o a alguien.
La carga emocional puesta en cada canción en los diferentes momentos de la vida nos acompaña por siempre. Aún suelo arrullarlos con las nanas que les cantaba de bebés si se enferman o están tristes. Llego a veces incluso a sentir que hasta puede bajarles la fiebre o calmar el dolor de barriga.
La música es mucho más que gustos, diversión y arte. La música son recuerdos, son sentimientos, emociones e identidad. A través de la música puedes llegar a conocer a alguien e incluso enamorarte. Con la música puedes acercar e incluso romper la brecha generacional. Para mi la música es parte de la crianza, es parte de nosotros, es parte de nuestras escencia… para mi todos debemos tener el soundtrack de nuestras vidas.
-La Tata.. cantando.